Sunday, May 26, 2013

Mayo 2013

Acaban de acabar unas semanas muy interesantes para el futuro de la agricultura en el desierto de Coahuila. El gobierno del estado en coordinación con Comisión Nacional del Agua y la Comisión Nacional de Áreas Protegidas clausuraron varios pozos ilegales en Cuatro Ciénegas y ya están haciendo el "inventario" de usuarios legales y poniendo medidores para saber cuanto usan y cuanto deben usar.
Por otra parte, el lunes llegaron a mi laboratorio dos ingenieros agrónomos de Beta Santa Mónica (Chava Ordaz y Edgar Ramírez), Martín Carrillo que está trabajando con nosotros como lider del proyecto de educación ambiental en el CBTA22 y Nadia Casanova, la maestra que coordina las materias de Biología en el CBTA, su misión: aprender a sacar ADN de suelo, bacterias y peces y buscar marcadores moleculares para resolver problemas concretos.  ¿Como que problemas?
1. Descubrimos que ni las alfalfas del CBTA ni las que usan en Beta (tanto en el hundido como en Torreón) están estableciendo nódulos fijadores de nitrógeno. Esto no me sorprendió de las alfalfas del CBTA pero si de las de Torreón y el Hundido donde se gasta una pequeña fortuna anualmente en comprar inóculo de Rhizobium meliloti, el simbionte de la alfalfa. Para los que no sepan del asunto, una buena parte de las leguminosas son capaces desde hace millones de años de establecer "una casita con comida y protección" para bacterias del suelo de la familia Rhizobiacea, la casa es una estructura en la raíz que se llama nódulo. Esta cortesia evolutiva no es de a gratis, a cambio de la casa y comida, las bacterias que viven dentro del nódulo trabajan como esclavas para romper el triple enlace que une a la molécula de di-nitrógeno (N2) haciendo que este gas tan abundante en la atmósfera se vuelva amonio NH3, el cual es una forma disponible de N para la vida. De manera natural esto funciona si la "conversación" entre la planta y la bacteria esta formada por las señales moleculares legitimas. Por lo que el frijol reconoce a Rhizobium etli su simbionte particular, tan nativo de México como el frijol;  la alfafa, que es nativa de Turquia reconoce a Rhizobium meliloti, por lo que fuera de Turquía y del sur de Europa, las alfalfas tienen que ser inoculadas de manera artificial. El problema es que el suelo de México es tan rico en sus propias bacterias que las extranjeras no sobreviven, eso no lo sabían los ingenieros agrónomos, los cuales que todo estaba en orden.
2. PAra poder saber si hay la capacidad natural de fijar nitrógeno hay que ir directamente a la fuente, es decir, buscar la enzima responsable de romper el triple enlace de N2. Esta se llama nitrogenasa y es codificada por varios genes, uno de ellos se llama nifH y es el que vamos a buscar directamente en el suelo del CBTA, Torreón y Hundido, tanto utilizando colonias aisladas del suelo alrededor de la raiz o directamente en el ADN total del suelo...Si el laboratorio de biología molecular del CBTA22 puede montar estas técnicas pueden checar no solo la capacidad de sus suelos sino de los agricultores de la región y de esa manera aprenden los alumnos, dan un servicio a la comunidad y ese servicio les reditúa!!!
3. Chava, Edgar y MArtin, junto con los alumnos del CBTA22 se van a poner a montar experimentos con frijoles y otras leguminosas para ver que tipo de leguminosa si puede nodular y fijar nitrógeno en el suelo del area.
4. A partir de la biodiversidad de los tapetes microbianos, mi laboratorio va buscar inóculos que optimicen simultaneamente la salud del suelo y de la planta; así como va desarrollar marcadores moleculares que puedan usar en el CBTA22 para determinar prácticas agropecuarias sanas así. A cambio, los ingenieros se comprometen a apoyar la productividad del CBTA22, a sanear su pozo, arreglar el invernadero y vincularse con los alumnos. Queremos que los  alumnos del CBTA sean los mejores preparados de la región para enfrentar la agricultura del siglo XXI con practicas sustentables dirigidas por el conocimiento científico.